En el ámbito legal es muy importante comprender la diferencia entre consentimiento tácito y consentimiento expreso, ya que resulta fundamental para la formalización de contratos y acuerdos.
El consentimiento se refiere a la manifestación de voluntad de las partes involucradas en un acuerdo. Esta manifestación puede ser tácita, cuando se da de manera indirecta, o expresa, cuando se realiza de forma clara y documentada. Conocer estas diferencias no solo es crucial para la validez de los acuerdos, sino que también proporciona una mayor seguridad jurídica a las partes implicadas. A lo largo de este post de Legaliza Abogados, te contaremos en detalle qué son el consentimiento tácito y expreso, sus características, ejemplos y las implicaciones legales de cada uno.
¿Qué es el consentimiento tácito?
El consentimiento tácito es una forma de aprobación que no se expresa de manera directa o escrita, sino que se infiere a partir de la inacción o el silencio de una persona en situaciones donde se espera una respuesta activa. En términos legales, se considera que una persona otorga su consentimiento tácito cuando, tras recibir información sobre un determinado asunto, no manifiesta su oposición o desacuerdo.
Este tipo de consentimiento se utiliza comúnmente en diversas situaciones, como en contratos o acuerdos donde se espera que las partes actúen de cierta manera. Por ejemplo, si una empresa envía un correo electrónico informando que, a menos que se cancele la suscripción, se continuará enviando información comercial, el hecho de no responder puede interpretarse como un consentimiento tácito para seguir recibiendo estos correos.
Sin embargo, el consentimiento tácito presenta ciertas limitaciones y riesgos. A menudo, su interpretación puede ser ambigua, ya que no siempre está claro si el silencio de una persona implica aceptación o si se debe a otras razones, como la falta de conocimiento o interés.
Características del consentimiento tácito
Entre las características del consentimiento tácito, destacan las siguientes:
- Inacción o silencio: El consentimiento tácito se basa en la falta de respuesta o acción por parte de un individuo. Por ejemplo, si una persona recibe una notificación sobre un cambio en un contrato y no responde, su silencio puede interpretarse como aceptación de esos cambios.
- Contexto y circunstancias: Para que el consentimiento tácito sea válido, debe existir un contexto claro que permita inferir la aprobación. Esto implica que la persona debe estar informada sobre las condiciones que requieren su consentimiento y que su silencio no se deba a la falta de comprensión.
- Ambigüedad: Puede dar lugar a malentendidos, ya que no hay una manifestación clara de voluntad. Esto puede generar disputas sobre si realmente se otorgó el consentimiento.
- Limitaciones legales: En algunos contextos, como en la protección de datos personales, el consentimiento tácito ha sido considerado insuficiente. Por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea exige un consentimiento expreso para el tratamiento de datos personales, excluyendo el tácito.
- Requisitos para su validez: Para que sea considerado válido deben cumplirse ciertos requisitos, como que la persona tenga conocimiento de los hechos y la posibilidad de manifestar su disconformidad. Esto asegura que el silencio se interprete correctamente como consentimiento.
- Uso común: Se utiliza en diversas situaciones cotidianas, como en la renovación automática de servicios o en la aceptación de términos y condiciones en plataformas digitales, donde la falta de acción puede ser vista como aceptación.
¿Qué es el consentimiento expreso?
El consentimiento expreso es la manifestación clara y directa de la voluntad de una persona para aceptar o autorizar una acción específica. Este tipo de consentimiento se otorga de manera explícita, ya sea de forma verbal o escrita, y es fundamental en diversas áreas del derecho, como en la celebración de contratos, la realización de intervenciones médicas y la protección de datos personales.
En estos contratos o acuerdos deben quedar expuestas todas las obligaciones que asumimos y además de esto los derechos que nos crea ese consentimiento dado. Un ejemplo de esto podría ser un contrato de compraventa, en el cual queda escrito en papel qué se vende, a qué precio y en qué condiciones.
La principal ventaja que otorga el consentimiento expreso es que, al quedar reflejado en un papel lo que se ha aceptado, se cuenta con una validez legal que ofrece una mayor seguridad que el consentimiento tácito.
Características del consentimiento expreso:
Entre las características del consentimiento expreso, destacan las siguientes:
- Claridad y directividad: El consentimiento expreso se caracteriza por ser explícito y sin ambigüedades. La persona debe manifestar su aprobación de manera clara, lo que elimina cualquier duda sobre su intención.
- Registro formal: Este tipo de consentimiento suele quedar documentado, ya sea a través de la firma de un contrato, un formulario o cualquier otro medio que permita dejar constancia de la voluntad del interesado. Esto es crucial para resolver posibles disputas en el futuro.
- Libertad y voluntariedad: Debe ser otorgado de manera libre, sin coacción ni presión. La persona debe tener la capacidad de decidir y comprender plenamente lo que está aceptando.
- Especificidad: Debe ser específico respecto a la acción que se está autorizando. Por ejemplo, en el ámbito de la protección de datos, el consentimiento debe referirse claramente al tratamiento de datos personales y a los fines específicos para los cuales se utilizarán.
- Revocabilidad: Puede ser revocado en cualquier momento por la persona que lo otorgó. Esto significa que, si en algún momento decide no continuar con la autorización, tiene el derecho de hacerlo.
- Requisitos legales: En muchos contextos, especialmente en el ámbito de la protección de datos, el consentimiento expreso es un requisito legal. Por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establece que el consentimiento debe ser expreso para el tratamiento de datos personales, garantizando así la protección de la privacidad de los individuos.
Diferencias entre consentimiento tácito y expreso
Una vez conocidas ambas definiciones, podemos exponer de manera más clara la diferencia entre el consentimiento tácito y el consentimiento expreso:
- La principal diferencia radica en cómo se aprueba y comunica el consentimiento. El expreso es directo y claro, además, necesita de un documento legal que justifique la acción planteada, mientras que el tácito se deduce a partir de la inacción o el silencio de una persona en situaciones donde se espera una respuesta y puede ser interpretado de diversas maneras.
- En cuanto a la reversibilidad, el consentimiento expreso es más fácil de revocar, ya que se basa en una comunicación directa, mientras que el consentimiento tácito puede ser más complicado de revertir, ya que no se expresó de manera directa y puede ser difícil demostrar que se desea cambiar la decisión.
- Ante problemas legales, siempre será mejor contar con un consentimiento expreso, ya que podemos aportar documentación en la que queda escrito de manera explícita todos los detalles del acuerdo, pudiendo argumentar de mejor manera.
¿Qué requisitos debe cumplir un consentimiento para ser legal?
Para que un consentimiento sea considerado legalmente válido, debe cumplir con ciertos requisitos fundamentales. Estos son:
- Libertad: El consentimiento debe ser otorgado de manera libre, sin coacción, presión o manipulación. La persona debe tener la capacidad de decidir sin influencias externas.
- Especificidad: Debe referirse a una acción o propósito específico. Esto significa que el consentimiento no puede ser general; debe detallar claramente qué se está autorizando.
- Informado: La persona debe recibir toda la información relevante sobre lo que está consintiendo. Esto incluye los riesgos, beneficios y cualquier otra información necesaria para tomar una decisión informada.
- Inequívoco: El consentimiento debe ser claro y no dejar lugar a dudas sobre la intención de la persona. Esto implica que debe manifestarse a través de una acción afirmativa, como firmar un documento o marcar una casilla en un formulario.
- Revocabilidad: La persona que otorga el consentimiento debe tener el derecho de revocarlo en cualquier momento. Esto significa que puede cambiar de opinión y retirar su autorización sin consecuencias negativas.
- Documentación: Es importante que el consentimiento quede registrado de manera que se pueda demostrar que se ha obtenido. Esto es especialmente relevante en contextos legales, como el tratamiento de datos personales, donde se requiere evidencia de que se ha cumplido con los requisitos de consentimiento.
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